viernes, 25 de septiembre de 2009

La Fuga del Tiempo

El tiempo marca nuestras vidas, gobierna nuestra ansiedad. Vivimos condicionados por él. Un minuto puede ser la delgada línea de una llegada tarde al trabajo. Un segundo puede ser determinante para cambiar un resultado en un deporte. El tiempo es un señalador en un libro. Él es nuestro reflejo en un espejo. Sin él no podemos desarrollar nuestros sentidos. Sí él no existiera, el hambre no sería una preocupación. El tiempo nos regala momentos felices que recordar y nos castiga con momentos tristes que no podemos olvidar.
El tiempo nos da espacio para pensar: ¿El tiempo envejece junto con nosotros? ¿El tiempo se detiene cuando morimos? ¿Existe la muerte sin un cuerpo? El tiempo siempre está presente y no hay religión en el mundo que le rinda culto.
"La Fuga del Tiempo" esta compuesto por cuatro narraciones donde el tiempo es el protagonista y el hombre la víctima. El tiempo se escapa. ¿Qué hará el hombre sin él?

Días tristes. Días alegres: Una isla donde el tiempo no transcurre, con un habitante que no recuerda ni su nombre, le dará la bienvenida a un millonario perdido entre sus indecisiones de volver o no al mundo materialista del que había huido.
Tan sólo unos días de convivencia con aquel habitante cambiará para siempre el destino de Michael Saravakos, arrastrando, quizás, consigo el de la humanidad.
Eternamente Joven: Aislada durante décadas la isla Devoción decidió abrir sus fronteras. Un reportero llevará la difícil tarea de investigar que misterios esconde.
El Cuarto: Nueve personas encerradas en un cuarto. Ninguna ventana, ninguna puerta, ninguna escapatoria. Solamente una mesa, dos velas encendidas y un reloj detenido a las tres horas, cincuenta y tres minutos.
El divorcio entre los vivos y los muertos: ¿Qué sucedería si los cuerpos sin vida desaparecen?


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